Por: Ricardo M. Pilón A.
En el mundo de la música la denominada "música prehispánica" ha sido malamente comprendida y en el peor de los casos malamente clasificada. Porque es cierto que la música "efectista" de Reyes y Zeppeda nos ha sorprendido y emocionado, pero no por ello podemos asumir su denominación con tal título. Que decir de los concheros y danzantes que, como hemos visto, es el lado estrafalario y no propiamente de un rescate cultural; antes bien es solamente una manifestación "fanatica" de aficionados bajo el nombre de "mexicanidad" (¿?)...
Si bien en ambos casos el "misticismo" es ineherente ante una minima comprensión de la cultura, no por ello podemos dejar pasar la influencia que le viene de otras tendencias tales como la oriental y hasta del propio cristianismo. Tendencias que por cierto se les busca una relación mutua, sabiendo de antemano que tal "relación" semeja a un grueso lazo queriendo pasar por una pequeña aguja de coser... En este sentido podemos asumir, sin temor a equivocarnos y pese a quien le pese, que en méxico se es ignorante de su propia cultura y más aquella que es más antigua o vulgarmente llamada "prehispánica"... La fama de Reyes y Zeppeda es meritoria por su exploración sonora y por el "espectáculo" que han ofrecido al público con esa convicción "ilusoria" de nuestra antigua cultura. Algo semejante, pero de menor calidad, son los concheros y danzantes...
¿Qué es propiamente la música prehispánica? Estrictamente toda aquella música del continente americano antes de la conquista. Para un musicologo, que ha "hojeado" la historia, ello significaría su "inexistencia". Sin embargo ahora podemos demostrar lo contrario debido en parte a la supervivencia de los "instrumentos musicales" y a los vestigios que la palabra y el amalgamiento sonoro del indigena ha hecho sobrevivir a lo largo de 500 años... Mientras se debate si hay o no hay música prehispánica sobreviviente, la reciente propuesta bajo el recurso de la inventiva y recreación simplemente supone una "aproximación" de la misma. Esto es, gracias, a la comprensión sonora de los instrumentos y al estudio de fuentes y música autoctona; pero sobre todo mediante el "instinto musical", es decir, mediante "apreciación musical"... ¿Qué distingue esta última de los concheros y danzantes? Propiamente la calidad sonora. Se nos ha hecho creer que nuestra música es un cúmulo de sonidos "molestos" y desesperantes, vulgarmente llamados "tamborazos", casualmente producidos da tal manera por los danzantes de la actualidad. Esta verdad contemporanea solamente puede ser posible en ese contexto contemporaneo, pues existen testimonios (tales como Sahagún, Torquemada, Durán, etc.) que afirman la calidad sonora de los antiguos mexicanos y que si bien ellos la denominarón demoniaca fue, propiamente, por el misticismo y religiosidad con la que era ejecutada... Hablamos pues de la existencia de conjuntos corales e instrumentales que sugieren la expresión de una identidad de un pueblo. Debemos hacer caso omiso de lo expresado por Clavijero al referirse de la esa música como "imperfecta"; ha este respecto era imposible para Clavijero asumir tal juicio en una época que distaba más de 150 años ¿Cuál fue su referente para juzgar lo que en el siglo XVI ya había dejado de existir en el siglo XVIII?... Solo podemos suponer una posbilidad: los danzantes. El siglo XVIII se debe en parte a una devota manifestación "guadalupana" impulsada con mayor promoción por los Jesuitas. Clavijero era Jesuita. En el rastreo de los danzantes, que hasta el siglo XX se denominarían "concheros", tienen su origen y su manifestación en esa época del XVIII. Lo que significa, y lo que actualmente viene sucediendo, que tales "representaciones" son solo "invenciones" propiamente para justificar y trasmitir la derrota de los naturales de Anáhuac por los españoles... Esto ha de suponer que al producir sus cantos y danzas fueron para el oido de Clavijero esa expresión "grotesca" al cual escribe con el higado: "toda su música se reducia al huehuetl, al teponaztli, a bocinas, a caracoles marinos y a ciertas flautillas que más servían para silbar que para otra cosa"... Cosa realmente contradictoria de uno de los grandes historiadores de nuestra cultura.
Esto no debe resultar extraño ante el hecho de que una de las esencias de la antigua identidad de Anáhuac, en especial de los mexicas, era la música; por lo cual se debía desaparecer por todos los medios posibles degradandola a esa manifestación de lo "grotesco" y "grosero" para tildar de "indios" e "ignorantes" a los indigenas y a sus decendientes... La autentica música prehispánica ciertamente no es la de los concheros y danzantes, en primer lugar porque no son "músicos" solo son "ruideros"; en segundo lugar sus cultos y devociones estan consagrados al cristianismo y la carencia de ese rigor "disiciplinario" que los cronistas dejarón testimonio sobre los naturales, por tanto son una farsa; y en tercer lugar, siguen manteniendo su "excentricismo" haciendo casi omiso de la información y por ende desconocen la lengua que pone en evidencia su "ignorancia" y "fanatismo"... Lo peor de todo es de que "su resistencia" se niega adaptarse a los tiempos actuales dejando un mal ejemplo sobre nuestra antigua cultura. Lo que no saben estas personas "lastimosas" es de que el mexica era un gran cosmopolitan y un gran ecleptico, que si bien ponía a su Dios Huitzilopochtli por encima de los demás, no por ello estaba prohibido el culto de cada una de las deidades existentes... Como diría el gran Moctecuhzoma Xocoyotzin "todos los dioses son buenos".
Los "tamborazos" de los danzantes son un ejemplo de la falta de apreciación sonora, ellos tienen la creencia de que entre más duro se golpé el tambor mejor será el sonido. Afirmación de lo más estupida y ridicula. Nuestra época contemporanea esta viviendo un fenomeno respecto al sonido al cual denominamos "saturación del espacio sonoro". Fenómeno que impide la "apreciación" de los sonidos acusticos ante la exageración deliberada de la potencia de bajos y agudos sonoros. Al no haber un equilibrio en el espacio, nuestro oido se ve obligado asimilar "determinados" sonidos perdiendo de vista otros que han sido opacados. Tal fenómeno lo podemos apreciar en la música electrónica, sonideros y en la música actual mexicana... Entiendase bien que en la época prehispánica no había esa invasión sonora como la de los comerciantes y vendedores ambulante, así como las de los sonideros y gente pública actual; todo era acustico y natural... La edad contemporánea nos ha hecho perder el sentido del oído y la ha enajenado a determinados sonidos con fines comerciales. No por ello debemos despreciar las tecnologias, antes bien éstas deben estar en manos de "expertos"...
¿Cómo entender entonces lo referente a la música prehispánica? En primer lugar esta la lengua, el instinto musical y el conocimiento de la cultura; en segundo lugar, que tambien es un primero, creatividad, apreciación e imaginativa... Y en tercer lugar, conjuntada con las otras, dedicación, disposición y convicción... Esto quiere decir poner orden aquello que es propiamente prehispánico de lo que no lo es. Lo que significa quitar la maleza de nuestra planta y fruto precioso. No debe resultar extraño que ya de tajo los concheros y danzantes estan excluidos por no tener ninguna relación de origen prehispánico y si como atizbos "seudoculturales" de tradición...
Los musicologos y etnomusicologos han cometido el error y la falta de generalizar su inexistencia, sin siquiera haber etudiado de fondo el problema. Sus intereses solo se reducen al estudio de lo más acequible y proximo, y prefiere ahorrarse dificultades que requieren del uso de la razón, del pensamiento... Sus juicios solo son generalizaciones de juicios mas viejos, son repetidores de lo mismo y su rigor investigativo es tan esteril y falto de convicción. Aunque debemos reconocer que sin ellos mucha música desaperecería, pero en estos tiempos su actividad es insuficiente y que requiere de mayor compromiso, pero sobre todo de riesgo... Mientras no exista tal compromiso de los "especialistas", simplemente se estara engañando vía el mercado con "ilusiones" mal llamadas "músicas prehispánicas"...
Nuestra labor no esta influenciada por Reyes o Zeppeda u otros semejantes; antes bien somos una "propuesta de reconstrucción cultural" su más temible crítica. Nuestra convicción nace ante los trabajos y estudios, de manera indirecta, por la obra del Maestro Moncada. Influencia que busca el rescate cultural prehispánico pero con la finalidad de dar al público esa calidad "artística" en la plena naturaleza acustica y sonora de los instrumentos antiguos mexicanos...
Nuestro oido debe recuperar la facultad de apreciar el equilibrio que el son y el canto nos produce el placer para felicidad nuestra...
Cipactonal Xochicuicatl de Azcapotzalco
Muy buena su propuesta
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