Por: Ricardo M. Pilón A.
Nuestras actuales generaciones viven una era de inovaciones tecnológicas sin precedentes. Tecnologias que han hecho en varios aspectos cubrir las necesidades que en otros tiempos solo era posible mediante "proezas" tecnicas y experimentales, por no decir "artesanales"... Tal es el caso de las inovaciones "sonoras" o "auditivas". Desde la invención del fonógrafo hasta el iPod han logrado el registro sonoro e histórico de la humanidad; principalmente a lo que en música se refiere.
La predilección o la costumbre de la manifestación sonora implica la influencia y uso de estas inovaciones tecnológicas. Así pues vemos claramente una gran distinción del sonido de un disco de cera y su aparanto que lo reproduce del CD o iPod, esto en tanto inovaciones del registro sonoro para la posteridad. En el caso de la llamada "música en vivo" igualmente la distinción es notable. Desde la invención del micrófono y los reproductores de sonido, que pueden abarcar distintas y variadas frecuencias de emisión sonora, han producido varias generaciones cuyo gusto o costumbre hacen distinción de las pasadas generaciones de hace 100 años. He aquí nuestro punto de reflexión ¿qué tanto han beneficiado o perjudicado dichas inovaciones tecnologicas en el sonido musical?...
Desde un primer punto de vista pareciera haber generado grandes ventajas de necesidad técnica: nivelación, registro y volúmen sonoro. El primero se refiere a la estabilización y notoriedad de algunas frecuencias que el oido "común" es incapaz de percibir naturalmente permitiendo su captabilidad en los reproductores emisores. El segundo se refiere a la capacidad de capturar un momento temporal de una obra cualesqueira con la finalidad de hacer memoria fiel e histórica de la misma: todo registro sonoro es tecnicamente una memoria histórica de la humanidad. Y el tercero refiere a los distintos grados de emisón auditiva cuya objetividad es relativa... Conjugados se tienen, en cierto sentido, ventajas insospechadas en los siglos anteriores.
Pero si hacemos reflexión detenidamente de estas inovaciones, que cuentan con tan solo 80 (aprox.) años de existencia, nos daremos cuenta de varios aspectos negativos e inconvenientes para el sonido mismo. Tal vez nos hemos dejado "hechizar" por la rapida evolución de los "medios" de emisón sonora en esa "postividad" de que el cambio excesivo e inovador produce el mejoramiento de las necesidades y exigencias humanas. Sin embargo, ha sido el motor de la degradación de la calidad sonora ante la pretención de un "supuesto" mejoramiento de la misma; pero sobre todo de la degradación de la "apreciación auditiva".
Baste para explicar dicha problematica un solo contexto sonoro y que ha sido razón de muchas problematicas al cual no habido nada en concreto: la denominada "música prehispánica". Dicha música, cuyas manifestaciones y propuestas han sido objeto de una generalización sin base o fundamento, tienen ahora el gran problema de su involucración con las inovaciones tecnológicas de audio. Haciendo memoria de los distintos registros de esta música hasta nuestros dias, nos damos cuenta de una clara distinción en cuanto sonido se refiere: distinción que va de una emisión "acustica" o "natural" a una emisión "afectada" o "alterada"... Ello tambien incluye la emisión en "vivo" de la misma. Nuestra reflexión debe empezar por saber distinguir la emsión de un sonido acustico como tal de uno "afectuado", es decir, tener conocimiento (histórica y experiencial) de los instrumentos musicales, pero sobre todo la "intencionalidad" de las distintas propuestas.
La evidencia arqueológica nos ha dejado bellos ejemplos del mundo instrumental sonoro y algunos vestigios de los mismos en música autóctona y folclórica. De estos ultimos todavía podemos apreciar la "acusticidad" en los registros etnomusicológicos y antropológicos (escuchar las colecceciones de la Fonoteca del INAH). Una flauta o tlapitzalli, sea de barro o caña, genera una calidad y efecto sonoro "natural" que en una emisión en vivo tiene sus límites, pero nuestra gran pregunta es ¿no es en ese estado "natural" o "acústico" como se efectuaba el sonido en una època dónde no exitian las actuales inovaciones tecnológicas de audio?... Si hicieramos una reflexión entorno a la historia de nuestras antiguas culturas y estamos atentos a la calidad sonora de los intrumentos como tal, en una posible "aproximación" de su música, ¿no es propiamente dicho sonido su pertenencia a lo meramente "acústico"? La ingenieria auditiva ha sido testigo y productor de grandes registros sonoros en el mundo de la música universal; pero han sido pocas las ecepciones de lograr, en lo que se refiere a música antigua, una fidelidad de caracter acustico debido al afán de que en las inovaciones está el mejoramiento del mismo. ¿Y que decir de "esas" músicas cuya pretención "prehispánica" es meramente comercial? ... Ciertamente el individuo actual ha dejado de apreciar la calidad sonora acústica y se ha venido alienando y prejuciando con las inovaciones auditivas.
La "música prehispánica" debe contener el fundamento de la investigación y recreación de la misma en las fuentes que la sustentan, pero sobre todo de clara comprención de una intención de "representación". La llamada música prehispánica ha tenido la suerte de ser meramente "improvisada" y en muy pocas ocasiones en referentes de música autóctona y folclórica. En este sentido ¿puede denominarse "música prehispánica" a este tipo de música? Para empezar hay que dejar en claro un aspecto "técnico" en el uso de los instrumentos musicales: primero, el hecho de que aun existan tales instrumentos en la actualidad no implica que el sonido que emita sea propiamente "prehispánico", en este sentido su "uso" tiene muchas aplicaciones en distintas propuestas musicales; segundo, para que un sonido en estos instrumentos seas prehispánico es necesario "el" conocimento de la cultura (pensamiento, lengua, historia, etc.) para generar "las" ideas en una propuesta de "apróximación", lo que implica hacer una base teórica y formal del sonido -aspecto que se ha resagado en lo plenamente discursivo y no ha generado propuestas-. En este sentido no pueden y serán "músicas prehispánicas" por el simple hecho de que carecen de ese "rigor" de "reconstrucción" cultural y simplemente se hace una generalización de que de norte a sur y de este a oeste del continente la "música prehispánica" es la misma. Dicha tesis solo se sustenta en el sentimiento afectuoso de la cultura: lo que implica, erróneamente, suponer que la música hoy denominada inca es igual a la música mexica o maya. Ciertemente estamos ante un "romanticismo" cultural que no distingue las distinciones de la misma a lo largo del continente.
Entonces cuando escuchamos en "esas" músicas aspectos no propiamente acusticas y más bien "efectistas" es imposible pensar que "ese" sonido se el propiamente prehispánico.
El oido social ya no es capaz de distinguir la cualidad y calidad sonora, porque ya esta viciada en ese contexto tecnológico, es decir, ya no hay "apreciación musical". Los sonidos que generan los instrumentos prehispánicos ciertamente son muy sugestivos y peculiares sea una adapatción de ritmos africanos o sea en música clasica. Esta potencialidad es muy atractiva y razón de "pretenciones" lucrativas y no propiamente culturales. A esta razón estamos ante el paradigma de la farsa y el éxito. Este último entendido en un sentido de grado de verdad, o mejor dicho, el referente de justificación suficiente. Caso curioso es de que el "éxito" es solo el gesto insustentable de la simple opinión temporal. A este respecto no se trata de despreciar dichas propuestas, sino aclarar que no pueden ser denominadas "músicas prehispánicas" por la carencia de factores profundos en la cultura misma. No basta con poner a una música de ritmos africanos o indues un nombre en náhuatl o maya, a este respecto hay que ser sensible al contexto que se quiera evocar a modo de recreación y aproximación. De ahí la necesidad de constante estudio, investigación y propuesta en la cultura prehispánica.
La clave de una "aproximación" sonora del mundo prehispánico esta en el ritmo y el canto: cuya esencia esta en las musicas autóctonas y folclóricas, y en los referentes de evidencia histórica y literaria, propiamente, el conocimiento de la lengua antigua prehispánica... Estamos hablando ya no de una música improvisada, sino "formal": con ideas ritmicas y melodicas concretas y la especificación intrumental... En este sentido falta mucho por explorar pero, sobre todo, es materia prima para músicos y compositores: sea para una propuesta del pasado o para una propuesta del futuro; para que eto ocurra se requiere de convicción y educación del oido al escuchar música.
"Libro de cantos es tu corazón:
has venido a hacer oir tu canto,
tañendo estás tu atabal,
Eres cantor:
entre flores de primavera
delietas a las personas"
(Cantares Mexicanos [F 39 r])
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